lunes, 3 de diciembre de 2012

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Tratamiento de la diabetes

Tratamiento:

El tratamiento de la diabetes mellitus se basa en tres pilares: dieta, ejercicio físico y medicación. Tiene como objetivo mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de la normalidad para minimizar el riesgo de complicaciones asociadas a la enfermedad. En muchos pacientes con diabetes tipo II no sería necesaria la medicación si se controlase el exceso de peso y se llevase a cabo un programa de ejercicio físico regularmente. Sin embargo, es necesario con frecuencia una terapia sustitutiva con insulina o la toma de fármacos  hipoglucemiantes por vía oral.  

Fármacos hipoglucemiantes orales. Se prescriben a personas con diabetes tipo II que no consiguen descender la concentración de azúcar en sangre a través de la dieta y la actividad física, pero no son eficaces en personas con diabetes tipo I. 

Tratamiento con insulina. En pacientes con diabetes tipo I es necesario la administración exógena de insulina ya que el páncreas es incapaz de producir esta hormona. También es requerida en diabetes tipo II si la dieta, el ejercicio y la medicación oral no consiguen controlar los niveles de glucosa en sangre. La insulina se administra a través de inyecciones en la grasa existente debajo de la piel del brazo, ya que si se tomase por vía oral sería destruida en aparato digestivo antes de pasar al flujo sanguíneo. Las necesidades de insulina varían en función de los alimentos que se ingieren y de la actividad física que se realiza. Las personas que siguen una dieta estable y una actividad física regular varían poco sus dosis de insulina. Sin embargo, cualquier cambio en la dieta habitual o la realización de algún deporte exigen modificaciones de las pautas de insulina. La insulina puede inyectarse a través de distintos dispositivos: 

- Jeringuillas tradicionales, de un solo uso, graduadas en unidades internacionales (de 0 a 40). 

- Plumas para inyección de insulina. Son aparatos con forma de pluma que tienen en su interior un cartucho que contiene la insulina. El cartucho se cambia cuando la insulina se acaba, pero la pluma se sigue utilizando. 
 
- Jeringas precargadas. Son dispositivos similares a las plumas, pero previamente cargados de insulina. Una vez que se acaba la insulina se tira toda la jeringa. El nivel de glucosa en sangre depende de la zona del cuerpo en que se inyecta la insulina. Es aconsejable que se introduzca a través del abdomen, los brazos o muslos. Penetra más rápidamente si se inyecta en el abdomen. Se recomienda inyectar siempre en la misma zona, aunque desplazando unos dos centímetros el punto de inyección de una vez a otra. Hay que evitar las inyecciones en los pliegues de la piel, la línea media del abdomen y el área de la ingle y el ombligo.


El tratamiento apropiado de la DM1 corresponde a la reposición con insulina: los hipoglucemiantes orales no desempeñan ningín papel. La pauta óptima tendrá la intención de prevenir las complicaciones agudas y crónicas de la enfermedad al mismo tiempo que permitir al paciente controlar la glucemia y presentar hipoglucemias mínimas. Esto se obitene con un tratamiento intensivo con insulina, pero requiere un compromiso considerable por parte del paciente y un ajuste de la dosis de insulina en consecuencias. 

- La alimentación ha de permitir que el paciente mantenga un peso razonable, al igual que el crecimiento en niños y adolescentes. Las proteínas deben representar el 10-20% del consu,o de calorías; las grasas totales, menos del 30% (grasa saturada, <10%), y los hidratos de carbono complejos, el resto. Por lo tanto, se aconseja a los pacientes tomar una cantidad constante de hidratos de carbono para una comida o cambiar la dosis de insulina de acuerdo con la cantidad ingerida.

- Ejercicio físico: La respuesta glucémica al ajercicio varía en función de la concentración de glucosa en el medio interno, la duración y tipo de ejercicio físico, el estado de forma del paciente y la relación del ejercicio físico con las comidas y las inyecciones de insulina. Es preciso supervisar la glucemia antes y después del ejercicio, para determinar la respuesta a éste y prevenir la hipoglucemia. Si un paciente inicia un ejercicio extenuante mientras se encuentra hiperglucémico, la concentración de glucosa puede aumentar todavía más. Los pacientes siempre deben llevar pulsera o plca identificativa apropiada y tener acceso a glucosa o azúcar.

Tratamiento con insulina:
El tratamiento intensivo con insulina permite la administración de insulina de un modo que mimetiza la secreción por el páncreas sano. Se recurre a la inyección de insulina de acción corta a las horas de las comidas, para facilitar su metabolismo, y de un análogo de la insulina de acción inyecta para reemplazar la secreción basal de insulina.


La mayoría de los pacientes con DM2 son obesos y refieren un estilo de la vida sedentaria. Con frecuencia, presentan múltiples factores de riesgo cardiovascular, como hipertensión arterial y dislipemia. El tratamiento debe incluir una modificación apropiada de estos factores de riesgo, la práctica de ejercicio físico y cambios de la alimentación, al igual que la obtención de un control glucémico apropiado, con niveles casi de HbA1C.
Las restricción de calorías al mismo tiempo que se sigue una alimentación equilibrada saludable es apropiada para favorecer una disminución de peso. El ejercicio físico mejora la acción de la insulina, facilita la pérdida de peso, reduce los riesgos cardiovasculares (aumenta la concentración de C-HDL y disminuye la de VLDL y triglicéridos) y aumenta la sensación de bienestar del paciente.

- Las sulfonilureas son secretagogos de insulina. Estos fármacos se unen al receptor de la sulfonilureas en las células beta, dando lugar al cierre de los canales de potasio, con el consiguiente influyo de calcio y la exocitosis de insulina. Su eficacia depende de la presencia  de una secreción endógeno de insulina.
- La repaglinida y la nateglinida se caracteriza por semividas muy cortas y actúan de modo similar a las sulfonilureas. Estos fármacos se administran antes de cada comida
- La metformina mejora el uso de glucosa mediado por insulina. No hay pruebas fiables de que provoque acidosis láctica.


Diagnósticos

Diagnóstico:




Se establece el diagnóstico de diabetes cuando una persona tiene valores anormalmente elevados de azúcar en la sangre. A menudo se controlan los valores de azúcar en la sangre durante un examen anual de rutina o durante una exploración clínica que se realiza antes de la incorporación a un nuevo empleo o de la práctica de un deporte. También pueden realizarse análisis para determinar la posible causa de síntomas como aumento de la sed, la micción o el hambre, o si existen factores de riesgo característicos como antecedentes familiares de diabetes, obesidad, infecciones frecuentes o cualquier otra complicación asociada con la diabetes.
Para medir la concentración de azúcar en la sangre se obtiene una muestra de sangre del paciente, quien deberá estar en ayunas por lo menos 8 horas antes de la prueba, pudiéndose también obtener después de comer. Es normal cierto grado de elevación de los valores de azúcar en la sangre después de comer, pero incluso entonces los valores no deberían ser muy elevados. En las personas mayores de 65 años es mejor realizar la prueba en ayunas, dado que los ancianos tienen un mayor incremento de las concentraciones de azúcar en la sangre después de comer. 
 La concentración normal de glucosa plasmática (glucemia) en ayunas es <100 mg/dl. Una glucemia en ayunas de 126mg/dl o > en doa o más ocasiones confirma el diagnóstico de la enfermedad. Unos niveles en ayunas de 100-125 mg/dl se clasifican como deterioro de la glucosa en ayunas. Una glucemia al azar (es decir, determinada en cualquier momento del dia con independiencia del tiempo trnascurrido desde la última comida) de 200 mg/dl o más en un paciente que manifiesta los síntomas clásicos de hiperglucemia (poliuria, polidipsia y pérdida de peso de causa no determinada) puede ser suficiente para su diagnóstico. La prueba de la tolerancia a la glucosa no es necesaria para el diagnóstico. No obstante, el diagnóstico puede establecerse si tras una carga de glucosa oral de 75g de glucosa anhidra disuelta en agua la glucosa plasmática a las dos horas es de 200mg/dl o más .

El diagnóstico se confirma con lo siguiente:

- Niveles de glucosa plasmática en ayunas >ó=126mg/dl documentados en  mas de dos ocasiones, glucosa plasmática al azar > ó = a 200mg/dl en presencia de síntomas clásicos de la hiperglucemia, o glucosa plasmática > ó = a 200mg/dl dos horas después de una carga de glucosa oral de 75g.



diabetes gestacional:  En esta prueba se obtiene una muestra de sangre en ayunas para medir el valor de azúcar y se suministra a la paciente una solución especial para beber, la cual contiene una cantidad estándar de glucosa. Durante las 2 o 3 horas siguientes se obtienen varias muestras de sangre.

Sintomas de la diabetes y prevención.

Sintomas y prevención:

Síntomas:

Entre los  principales síntomas de la diabetes mellitus tipo 1 se incluyen: 


  • Frecuencia en orinar (fenómeno de la "cama mojada" en los niños).
  • Hambre inusual.
  • Sed excesiva.
  • Debilidad y cansancio.
  • Pérdida de peso.
  • Irritabilidad y cambios de ánimo.
  • Sensación de malestar en el estómago y vómitos.
  • Infecciones frecuentes.
  • Vista nublada.
  • Cortaduras y rasguños que no se curan, o que se curan muy lentamente.
  • Picazón o entumecimiento en las manos o los pies.
  • Infecciones recurrentes en la piel, la encía o la vejiga.
  • Además se encuentran elevados niveles de azúcar en la sangre y en la orina 

 Síntomas de la DM tipo 2:

          - Sed  
          - Orinar frecuentemente  
          - Sentirse hambriento o cansado 
          - Perder peso sin proponérselo  
          - Tener heridas que sanan lentamente  
          - Visión borrosa

Prevención:
Para la diabetes tipo 1 no existe ningún método eficaz por el momento. En cambio, está comprobado que la de tipo 2, que es la que aparece con más frecuencia, al estar relacionada con la obesidad se puede tratar de evitar en gran medida adoptando unos hábitos de vida saludables:
  • Evitando el sobrepeso y la obesidad.
  • Realizando ejercicio físico de forma regular. - Abandonando el tabaco y las bebidas alcohólicas.
  • Siguiendo una dieta alimentaria sana. Para prevenir las hipoglucemias, los diabéticos deben tener en cuenta lo siguiente:
  • Ajustar las dosis de los medicamentos a sus necesidades reales.
  • Mantener un horario de comidas regular en la medida de lo posible;
  • Tomar cantidades moderadas de hidratos de carbono antes de realizar ejercicios extraordinarios;
  • Llevar siempre azúcar consigo. En cuanto aparezcan los primeros signos de hipoglucemia, hay que tomar azúcar (2 o 3 terrones), galletas (de 3 a 5 unidades) o beber un vaso (150 ml) de alguna bebida que contenga hidratos de carbono de absorción rápida (zumos de frutas, cola, etc.). Los síntomas suelen pasar en 5 o 10 minutos. Si la hipoglucemia es grave o la persona pierde la conciencia, es necesario inyectarle una ampolla de glucagón por vía subcutánea (igual que la insulina) o intramuscular (en la nalga). El glucagón moviliza las reservas de glucosa del organismo y hace efecto en unos 10 minutos. Si no hay recuperación, el afectado debe recibir asistencia médica inmediata.

Encuesta de diabetes

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Tipos de diabetes



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Diabetes tipo 1

La diabetes tipo 1, que solía denominarse diabetes juvenil o insulinodependiente, por lo general se diagnostica en niños, adolescentes o adultos jóvenes. El tratamiento de esta enfermedad puede constar de inyecciones o de una bomba de insulina, así como de una dieta saludable, ejercicio regular, y control de la presión arterial y el colesterol.

Diabetes tipo 2

En el pasado se la consideraba la "diabetes de la edad adulta", pues no atacaba a los jóvenes, pero en la actualidad este trastorno afecta también a ciertos niños. Es una de las enfermedades que se han extendido con mayor rapidez entre los estadounidenses de todas las edades. Los grupos con mayor riesgo de contraerla son las personas mayores de 45 años, aquéllas que sufren de obesidad o sobrepeso, las que no hacen suficiente ejercicio o quienes tengan familiares cercanos que la sufran, además de los siguientes grupos étnicos: afroamericanos, indios americanos, hispanos/latinos, nativos de Alaska y nativos de las Islas del Pacífico. El tratamiento consiste en tomar medicación para la diabetes, llevar una dieta adecuada, hacer ejercicio regularmente, tomar aspirina a diario, controlar la presión arterial y el colesterol, y utilizar insulina, ya sea inyectada o por vía oral.
Casi todas aquellas personas diagnosticadas con diabetes tipo 2 desarrollan "pre diabetes"—niveles de glucosa en la sangre más altos de lo normal pero no suficientemente altos para un diagnóstico de diabetes. Según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y del Riñón (NIDDK), en los Estados Unidos hay 57 millones de personas con pre-diabetes. Casi todas estas personas pueden beneficiarse de las mismas recomendaciones para personas diagnosticadas con diabetes tipo 2: comer saludablemente, hacer ejercicio, y mantener un peso saludable para prevenir el desarrollo de la diabetes tipo 2.

Diabetes gestacional

Ciertas mujeres contraen diabetes gestacional durante la última etapa del embarazo. Si bien suele desaparecer una vez que dan a luz, aquellas mujeres que han tenido, así como sus bebés, tienen mayores probabilidades de contraer diabetes tipo 2 en el futuro. La diabetes gestacional suele presentarse en mujeres obesas o que tienen antecedentes familiares. Además, suele ser más común entre mujeres afroamericanas, hispanas, indias americanas y nativas de Alaska.